Noche del Viernes Santo.
Parroquia de la Inmaculada Concepcion.
Simón de Cirene, de camino hacia casa volviendo del trabajo, se encontró casualmente con aquella triste comitiva, aunque aquel doloroso espectáculo quizás era habitual para él. Los soldados usaron su derecho de coacción para obligarle a ayudar al Nazareno con su cruz.